María Jesús Azócar

Desde julio 2018 a marzo 2020 que María Jesús Azócar estuvo trabajando intensamente junto a BAHN. Luego de todo el proceso, hoy puede continuar con hábitos sanos y la consciencia del cuerpo que le dejó el programa liderado por nuestra nutricionista fundadora Gisela González.

En 2018 María Jesús Azócar (33 años, ingeniera comercial) llegó a BAHN porque quería realizar un cambio en su estado de salud general, a nivel nutricional y deportivo. Ese año se encontraba viviendo situaciones familiares muy complejas, que comenzaron a afectarle en otros aspectos.

“Cuando me puse a trabajar con Gisela, venía emocionalmente con mucho estrés por experiencias bien traumáticas y eso se notaba mucho en mi cuerpo. Cuando uno está estresado, uno tiende a engordar porque tu sistema hormonal se desordena, y es muy difícil bajar de peso en ese tipo de situaciones”, cuenta María Jesús acerca de cómo inició su camino con BAHN.

Del proceso comenta que fue largo pero muy respetuoso: “trabajamos un poco más de dos años y todo ese tiempo fue un proceso de sanación para mí, que Gisela fue entendiendo súper bien. Ella me fue dando mis tiempos, le dio tiempo a mi cuerpo para que fuera sanando y para que el nivel de estrés fuera bajando. Fue un proceso muy completo porque Gisela no solamente fue nutricionista o entrenadora; ella tuvo que entender todo lo que pasaba en mi vida para poder poner expectativas realistas al proceso, en cuanto a la nutrición y en cuanto al ejercicio. Yo estoy muy agradecida de ella, de la forma humana en que abordó todo esto”.

El estar presentes en los procesos individuales de las personas y el tener respeto por ellos es algo que rescata también María Jesús de su experiencia con nosotros. “Estoy super agradecida y maravillada de lo integral que fue todo: la metodología, el seguimiento, Gisela se involucró mucho y puso mucho de ella en todo el proceso. Realmente se nota el cariño y la preocupación de cuando te hace tu programa, cuando te hace tu dieta mensual, cuando nos juntamos para ver cómo vas. La verdad es que nunca me había topado con una nutricionista que pusiera tanto y que le importara tanto la persona que está atendiendo. Realmente con ella se vive un proceso súper integral y súper humano”.

Ya casi va a cumplir un año que con Gisela no se ven. Pero continúan latentes los impactos positivos y los beneficios que adquirió en ese largo tiempo, tales como la construcción de hábitos, que María Jesús destaca como dentro de los principales beneficios obtenidos.

“Uno de los principales beneficios fue la construcción de hábitos que tuve con ella y lo que eso dejó dentro de mí, porque mientras más sólidos son los hábitos, más independencia tienes como persona. En el fondo, como que te enseñan a caminar y después tu caminas sola. Te pueden pasar muchas cosas en la vida, pero los hábitos te van a acompañar para siempre. Cuando estás comprometida con tu salud, cuando esto realmente te importa, perdura en el tiempo y tratas de no perder los hábitos que construiste”, comenta.

Con Gisela aplicaron varias cosas y eso lo ha ido aplicando en su día a día. Recuerda que aplicaron distintos programas alimenticios, por medio de los cuales pudo conocerse más. “Me fui conociendo, conociendo mi cuerpo y percatando que mi cuerpo se sentía distinto con uno y con otro, y ese conocimiento dura hasta el día de hoy. Fue un trabajo de conocer mi cuerpo y cómo funciona y esta construcción de hábitos que dura hasta el día de hoy. Hacerse consciente de eso es súper bonito, tu cuerpo ha luchado por 30 años, por ejemplo, por mantenerte vivo en este momento y el proceso de sanación tiene que ser súper respetuoso con el cuerpo que te ha ayudado a llegar donde has llegado y con mucho cariño tienes que darle ese momento de sanación, tienes que tenerle paciencia al cuerpo y la verdad es que es una de las cosas que yo más destaco, que fue un proceso súper respetuoso”, reflexiona María Jesús al respecto.

Mi experiencia junto a María Jesús

El proceso junto a María Jesús fue para mí un camino lleno de desafíos y encuentros en el que pusimos todo nuestro corazón y esfuerzos por avanzar en lo que necesitábamos lograr juntas. Por mi parte, estoy realmente agradecida de María Jesús y su familia, porque depositaron la confianza en mí y en BAHN, lo que fue mi motor del día a día, especialmente cuando me sentaba a planificar sus programas de nutrición y de entrenamientos. Nuestro proceso me brindó mucho crecimiento no sólo en lo profesional. María Jesús me enseñó de fortalezas, perseverancias y voluntades, siempre digo que nuestros pacientes/clientes son nuestros mejores maestros; y esta experiencia es el reflejo de ello.

Juntas desarrollamos habilidades para trabajar en equipo, porque de eso se trata, de perseguir ambas los objetivos, aprender a conocernos desde lo interno hacia lo externo, y mi función es guiar estas perspectivas y mostrar los caminos hacia ese cambio, hacia esa transformación, por lo que estoy contenta y sí, me siento orgullosa de este proceso que hicimos juntas, fue un buen trabajo que hasta hoy mantiene sus frutos.